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Descartada la opción de la subida a la Cuerda Larga el grupo de expedicionarios se aventura a subir desde Rascafría a Cotos por un lugar totalmente desconocido...
Adentrándose en bosques inóspitos consiguen llegar a un paraje donde habitan únicamente las vacas; allí, desprotegidos, en mitad de la nada,en mitad de la noche...desafían las reglas de la serenidad y la calma e invocan a los espíritus de la juerga y el pitorreo.
Dos son los pobres sacrificados; ataviados únicamente con túnicas y lazos de colores se resignan al destino asignado por sus camaradas y se unen con entusiasmo a sus conjuros.
Comienza la acción.Entran en un estado de exaltación y júbilo desmesurado con ritmos y canciones demoníacas...
Acaba el ritual y con él las fuerzas de sus cómplices. Por fin, llega el silencio; solo el viento azota sus sueños...(y algún que otro ronquido!!))
La mañana despierta; y el desayuno convoca de nuevo al joven grupo;con tan solo una sopita de fideos en las tripas estas rugen pidiendo carnaza y así se trasladan a Segovia con el objetivo final de probar gustosamente los platos exquisitos de la cocina tradicional...